Una mirada familiar a Los Contreras, de Pichucalco
Julio, 2012
En los últimos años, he estado empecinado por encontrar los rastros de los personajes y las familias que construyeron y habitaron las haciendas de Pichucalco, en la parte noroccidental de Chiapas. Eso me ha llevado a dar con pasados y pasajes de algunos de ellos. Esto me ha permitido, en menor medida, reconstruir algunas historias locales, salpicadas muchas veces, de anécdotas y recuerdos.
Esta vez, es Mitchel Snow, quien a través de su reciente libro Movimiento, ritmo y música: una biografía de Gloria Contreras publicado en 2008 por el Fondo de Cultura Económica, no solo “describe de manera puntual la determinación férrea de Gloria desde su niñez y su vocación innata por el arte de la danza (Snow, 2008: 9), sino incorpora pasajes familiares y vivencias de la artista mexicana durante sus breves estancias en las fincas de la región de Pichucalco.
En este caso y para fines de este documento, me limitaré a describir lo relacionado a las cuestiones anecdóticas y familiares de Gloria Contreras, en un intento y como pretexto para explicar la dinámica de la región y algunos hechos relacionados con las familias pichucalqueñas durante el siglo XIX.
Gloria Contreras
Nacida en 1934, Gloria Contreras Roeniger es reconocida mundialmente como la gran coreógrafa mexicana, discípula de grandes artistas como Fierre Vladimiroff, Anatole Oboukhoff, George Balanchine y Felia Doubrovska, entre otros. (CONACULTA: 2012), pero nada la ligaría al terruño chiapaneco, a no ser por sus antepasados de la región de Pichucalco e Ixtacomitán descritos por la propia bailarina con muchos detalles anecdóticos en la obra de Snow.
El libro de Snow parte de la reconstrucción familiar de la historia del abuelo paterno de la coreógrafa, el alemán migrante Herman Roeniger, quien llega a Nueva York y se casa con Elsa Glass; luego se trasladan a México, donde Roeniger lograr encontrar trabajo en una empresa nacional de electricidad.
Pero, mejor dejemos que Snow nos relate de lo que la misma Contreras narra en lo que parece ser su autobiografía:
“Durante varios años, la familia Roeniger llevó una existencia errática, cambiando de residencia cada vez que se terminaba un proyecto. Carmen, la tercera de sus cinco hijos y la única mujer, nació cuando la familia residía en Chiapas […] Carmen era todavía una niña cuando Elsa enfermó de tuberculosis; murió poco después de que la pequeña cumpliera nueve años”.(Snow, op cit:16)
Más tarde, “al morir su padre de un repentino ataque al corazón, Carmen, de 15 años, se convirtió en la verdadera cabeza del hogar en la ciudad de México. Luego vinieron algunas tragedias familiares como el suicido de su hermano Carlos y el alcoholismo de sus otros hermanos, Pablo, Herman y Alfredo.
Carmen Boeringer, prefirió mudarse a Mixcoacac-dice Snow- donde conoció al abogado Gregorio Contreras Alvarez de la Cadena. Con el paso del tiempo, Gregorio y Carmen se casaron; de esa unión nació Gloria. No sin antes, enfrentar una tragedia más: el suicidio de la primera prometida de Gregorio Contreras, Carmen Rubio. Un incidente del que no habla la familia Contreras.
El patriarca, Gregorio Contreras
La conexión de Gloria Contreras con el terruño chiapaneco proviene del lado paterno. Su bisabuelo, Gregorio Contreras Lorca pertenecía una tercera generación de familias de connotados hacendados que se asentaron hacia principios del siglo XIX en Pichucalco con la llegada de Gregorio Contreras Figueroa y dos de sus hermanos- José Antonio y Máxima-, procedentes de Campeche.
A esta primera generación se les conoció como Los Campechanos y muy pronto se emparentaron con la familia de Ambrocio Vidal y Josefa Pontigo, dueño de la hacienda Santa Rita Cosauyapa. (Entrevista a Andrés Contreras Rabelo),
Fue así que Gregorio Contreras Lorca- nieto de Gregorio y Josefa Vidal Pontigo- heredó la Hacienda Santa Anita en Ixtacomitán, ubicada sobre las márgenes del río Jana. (Hoy, propiedad la familia Lastra).
Sobre el bisabuelo hacendado de Gloria, Snow relata:
“El abuelo y la madre de Gregorio fueron artistas consumados, por méritos propios. Gregorio Contreras Lorca, dueño de la hacienda Santa Anita en Chiapas, importó una prensa de Europa para imprimir sus poemas. Tanto el piano de cola como la prensa fueron transportados en mulas. Él fue uno de los tres hermanos Contreras que llegaron de España a Ceiba Playa en Yucatán, hoy conocida como Campeche.
Con el tiempo Gregorio se estableció en Chiapas y aumentó sus propiedades hasta volverse dueño de cinco ranchos [haciendas]. Para llevar los productos de sus negocios al puerto más cercano, construyó la primera línea férrea de la zona. Después de la muerte de su primera esposa, su prima Celsa Contreras Allipi, se casó en segunda nupcias con una muchacha de 15 años que sobrevivió tanto a Gregorio como a la inmensa fortuna que él había amasado”(op cit: 18).
Todavía años más tarde, “uno de los recuerdos infantiles más vívidos de Gloria es sobre una visita a la hacienda de su bisabuelo, abandonada en aquel entonces. La Legendaria prensa, el piano de cola y el fino mobiliario francés yacían bajo gruesas capas de polvo; una escena que hace pensar en Dickens”. (Ibidem: 19)
Pero la historia de la familia Contreras, no solo es sui generis por la repetición constante de “Gregorios” y “Andrés” en línea paterna como ocurre en Cien Años de Soledad con “José Arcadio” y “Aureliano”, como tampoco por sus inmensas propiedades o su vasta descendencia que prevalece aún en Pichucalco, sino por los hechos en los que estuvo implicado y su influencia como hacendado en la región.
De Gregorio Contreras Figueroa se puede decir que en 1829, don Domingo Arraigada y otros miembros del Ayuntamiento de Pichucalco presentaron una solicitud al Gobierno de Chiapas, para que la cabecera del departamento fuera trasladada a Pueblo Nuevo Pichucalco, por considerarla mayor en número de población, tierras fértiles y por su fácil comercio con Tabasco; pero fundamentalmente, porque unas pocas familias controlaban la administración del gobierno local. Al respecto Manuel B. Trens (1999: 327) señala:
“Pero en lo que principalmente hacían hincapié estos munícipes era en que, debido a la impreparación de la población de Ixtacomitán, una sola familia, la de don Ambrosio Vidal y Doña Josefa Pontigo, formada por los hijos Don José de los Santos, Don Yanuario y don Cecilio, los yernos de Don Gregorio y don José Antonio Contreras y Don Narciso Castro, Don Leocadio Malpica, yerno de don Gregorio, y don Nicolás Labó sobrino de la señora Pontigo, era la que manejaba todos los puestos públicos y disponía de los destinos del partido, lo cual redundaba en notorio inconveniente de los intereses públicos”.
Por su parte, de Gregorio Contreras Lorca se puede decir que participó en algunos acontecimientos regionales junto al Coronel Eusebio Castillo-quien comandaba las Guardias Nacionales de Juárez en Tabasco- durante una ligera insurrección organizada por Benigno Pardo y Pomposo Costa en Pichucalco. La rebelión motivó ligeras escaramuzas en Ixtacomitán en mayo de 1863.
El parte de guerra, rendido al Comandante y Gobernador de Chiapas, Angel Albino Corzo por don Eusebio Castillo, revelaría que Contreras Lorca y Cornelio Castillo se habían sumando a la guardia nacional en la ciudad de Teapa “para prestar su cooperación y servicios en la persecución del enemigo.”
No obstante el aparente triunfo de las Guardias Nacionales de Juárez en Pichucalco, ahora serían los tabasqueños quienes azolarían a la región. Esta vez, Eduardo G. Arévalo, impuso préstamos forzosos a las haciendas del norte de Chiapas, obligando a algunos finqueros abandonar la región. Desde luego, don Gregorio Contreras Lorca no fue ajeno a los atropellos.
En una carta a la Jefatura de la Prefectura Política del territorio de la Isla del Carmen en la que quedó sometido el territorio tabasqueño, José María Maldonado y Antonio Saury, de la Finca Santa Ana en Pichucalco explicarían la situación en la región del siguiente modo:
Esta villa [de Pichucalco], que pertenece al Departamento de Chiapas, estaba ocupada por fuerzas liberales de su gobierno, y al ser evacuadas (sic) por ellas, a causa de la invasión que hizo el Sr. Ortega se pronuncia espontáneamente por la Intervención y todos sus actos.
En el momen[to] en que sabe la noticia, [Eduardo G. Arévalo] marcha con su fuerza a la villa pronunciada y la saluda con un préstamo forzoso de cuarenta mil pesos, y, para reunirlos con presteza, manda piquetes de su fuerza por las rancherías y haciendas, con orden de traer presos a respetables y ancianos propietarios, que llegan a la población, en donde, bajo el apremio de las mayores amenazas, se les obliga a exhibir las cuota que les había sido fijada caprichosamente: hubo infeliz que, cuotizado en quinientos pesos de préstamo, y no teniendo por capital sino una pequeña finca de campo, temeroso del insulto y la prisión, la vendiera, recibiendo por cambio los quinientos pesos dichos, que debía pagar, y el saldo a plazos anuales, teniendo que vivir en tanto a la intemperie, con su desolada familia, que, en mala hora y sin crimen alguno, se veía arruinada y condenada al hambre y sus desconsoladoras consecuencias.
De este número son las respetables familias de los señores Salvatierras y Contreras que han emigrado con sus ancianas madres, de ochenta años, dejando abandonadas sus propiedades raíces. (GARCIA, Genaro, 1908: 179-180)
La vida pues del bisabuelo Contreras Lorca había sido un tanto atropellada en una época convulsa para la región.
Los Alvarez de la Cadena y el rey Alfonso el Sabio
Por su parte, la abuela paterna de Gloria Contreras, Trinidad Alvarez de la Cadena al parecer provenía de una familia española, que había servido en la corte de Alfonso el Sabio-. “El rey Alfonso le agregó De la Cadena al apellido Alvarez, como castigo al descubrir que ese caballero había sostenido relaciones con una mujer mora” cuenta Snow.
Pero además, Trinidad Alvarez de la Cadena, tenía dotes de pianista consumada y clarividente. Volvamos a revisar lo que anota Snow sobre ello:
“Al parecer, Trinidad no sólo se adelanto a su época, sino que además fue clarivente. Cuando estaba viviendo en Pichucalco, soñó que su padre volaba por el cuarto y su casaca negra tomaba la toma de ala; él voló hacia una de las esquinas de la habitación, donde con el techo, lo que hizo despertar a Trinidad. – Mi padre acaba de morir- le dijo a su esposo.- Impresionado, Andrés anotó la fecha y la hora. Meses más tarde, cuando por fin llegó el correo de la Ciudad de México, Trinidad recibió la noticia oficial de la muerte de su padre, ocurrida en la fecha y hora de su sueño”. (Snow, Op cit: 20)
Trinidad Alvarez de la Cadena había conocido a Andrés Contreras cuando él estudiaba medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México. Luego, “se fue a vivir con él a la hacienda familiar en Pichucalco, Chiapas”. Al parecer- según los testimonios familiares-habían heredado la finca San Miguel, ubicado entre el rio Ixtacomitán y la población de Pichucalco.
Ella permaneció y administró la hacienda por un largo tiempo, mientras el médico Andrés recorría Chiapas atendiendo las necesidades médicas de las poblaciones rurales. Ahí, tuvieron a sus hijos, Gregorio, Adela y Francisco Contreras. El primero, sería el padre de Gloria.
La familia Contreras Alvarez de la Cadena, tuvo la necesidad de regresar a la ciudad de México, donde Andrés obtuvo un puesto político en el Gobierno de Porfirio Díaz, pero triunfante la revolución tuvo que abandonar el país rumbo a Cuba, donde trabajo en un hotel, mientras que Adela su hija, hacía oficios de enfermera y administradora. (Op cit: 22)
El padre de Gloria, Gregorio Contreras permaneció en México, donde gozaba de buena reputación, pero “era claro que el corazón de Gregorio se encontraba en San Miguel, el rancho de la familia en Pichucalco”, observa Snow.
Los Contreras y la revolución en Pichucalco.
En el Pichucalco rural de la época de principios del siglo XX, los Contreras y al igual que otras familias regionales, para hacer frente a la revolución:
“Se las ingeniaron para tener el rancho bajo su control durante la revolución mexicana, dividiendo la tierra en pequeñas parcelas a nombre de los hijos e hijas y presentándolas legalmente como pequeñas propiedades. Aunque todos los hermanos poseían tierras y recibían rentas, Gregorio dirigía las operaciones de la hacienda e invertía todo lo que le quedaba de sus ingresos en la propiedad hasta que la convirtió en un rancho ganadero” (op cit:23).
Pero, Gloria no sólo disfrutaba la convivencia familiar durante su infancia, al menos se evidencian algunas visitas al terruño paterno:
“El recuerdo más grato que Gloria tiene de Pichucalco es el de nadar en el río que cruzaba el rancho. Cerca de la casa de su tío Andrés, bajo un árbol verde, el río formaba un pequeño estanque y la corriente disminuía; era una poza ideal para que todos nadaran”. (Ibídem).
Pero, además, sus hermanas observaban con mucha atención algunos hechos que ocurrían sobre la población indígena, sobre todo en la región Altos de Chiapas:
“Cuando íbamos a San Cristóbal, todavía siendo muy jóvenes, podíamos observar la situación denigrante en la que vivían los indígenas, Mi padre nos explicó que les pagaban con alcohol para mantenerlos borrachos. Este problema era más notorio entre los Chamula, cuenta Elsa”.
Esta mirada hacia Los Contreras, a partir de los apuntes de Mitchel Snow relatado por la propia Gloria, permite retratar algunos aspectos de la vida cotidiana de las familias hacendadas pichucalqueñas del siglo XIX, pero sobre todo, permiten comprender el proceso histórico de esta región como las relaciones de poder y la economía doméstica familiar.
FUENTES CONSULTADAS
- CONTRERAS RABELO, Andrés.(2012).-Comunicación electrónica. Entrevista. 21 de julio, 2012. Pichucalco, Chiapas.
- CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES. (2012). Comunicado Número 1185. Consultado 21 de julio, 2012 en http://www.conaculta.gob.mx/sala_prensa_detalle.php?id=20986
- GARCIA, Genaro. (1908). Documentos inéditos o muy raros para la Historia de México. La Intervención Francesa en México, según el Archivo del Mariscal Bazaine, segunda parte. Vol. XVI. Librería de la Vda. De Ch. Bauret. México DF.
- SNOW, Mitchell. (2008). Movimiento, ritmo y música: Una biografía de Gloria Contreras. Fondo de Cultura Económica, España.
- TRENS, Manuel B. (1999). Historia de Chiapas. Desde los tiempos más remotos hasta la caída del Segundo Imperio (¿...1867). vol. III. Coneculta Chiapas.
Etiquetas: historia regional, pichucalco