Algo sobre la Selva Lacandona...¡
Esta foto bien podría corresponder a principios del siglo XX cuando la Selva Lacandona era saqueada por madereros tabasqueños, a través del río Usumacinta. Era común que durante esa época atroz, la madera sorteaba el caudaloso río hasta llegar a Tenosique, Tabasco. Más aun, las historias inhumanas que padecieron los indígenas que trabajaron en las monterías, tantas veces relatadas en La Rebelión de los Colgados, de Bruno Traven.
En realidad, la gráfica corresponde al mismo Río Usumacinta, un siglo después, cerca de Yaxchilán, frente a la Sierra del Lacandón (Guatemala). Junto al río aun existe un camino paralelo donde aún perduran las huellas debajo de las copas de los árboles de caoba y cedro, que dejaron cientos de tablones de madera que fueron a parar a los puertos de Europa y Estados Unidos. Foto: F. Ledesma