El tabaco de la selva
Doña Esperanza López, nativa tzeltal, vive en las márgenes del Río Usumacinta, en la selva Lacandona. Es una de las pocas mujeres de la la selva que se dedican, junto a su esposo, a la siembra de tabaco.- La cosecha lo venden en los mercados y a los "coyotes" de Yajalón y Palenque, a 40 pesos el kilo. En esta temporada, doña Esperanza y don Antonio, lograron cosechar como 800 kilos. "Es mejor que sembrar maíz y frijol", me cuenta mientras ríe. Lo malo, es que para sacar la cosecha tienen que ponerlo en "arpías" (costales) y caminar con tabaco al hombro más de tres horas en una brecha que usan como camino. De repente, los monos saraguatos son sus mejores guias en la selva. Foto. F. Ledesma.