En la parte izquierda de la imagen se observa la iglesia principal de Magdalena Coalpitan.
Las primeras noticias documentadas sobre los temblores del Volcán Chichonal, provienen del obispo de Chiapas, Fr. Juan Bautista Alvarez de Toledo, en un informe que redactó el 27 de septiembre de 1710 para consultar al gobierno superior sobre la situación de despoblamiento que sufrían algunos curatos de la provincia de los Zoques, entre ellos, los pueblos de Magdalena Chica y Magdalena Grande. (Hoy, Francisco León). “…la Magdalena chica, este estaba situado en lugar tan bajo y tan incómodo a la conservación de la vida de los indios, por abundar innumerables mosquitos, zancudos, talajes, jejenes, muchas culebras y vívoras, tan expuestos a continuos temblores que se experimentaban en dho pueblo, que estas y otras calamidades lo fue acabando, hasta que los muy pocos indios, que habían quedado en él, de propia autoridad, y sin licencia alguna desampararon el paraje por no padecer y acabar con los demás, subiéndose al pueblo de la Magdalena Grande, que está una legua en alto, de donde estaban. Alli han hecho ya sus casas y viven en hermandad con los otros:”
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La iglesia principal devastada tras las erupciones.
De acuerdo al relato, Magdalena Chica pronto desapareció por lo inhóspito del lugar, tal vez, por la cercanía con el río, por lo que, sus pobladores zoques pronto subieron hacia Magdalena Grande. Después de esta migración no se tiene noticias sobre el destino de sus habitantes, pues al parecer Magdalena Grande también desapareció, para convertirse en Magdalena Coalpitán, nombre vigente hasta las primeras décadas del siglo XX, para convertirse en Francisco Léon, en honor a un ex gobernador chiapaneco.
En el siglo XVI, los dominicos recorrieron este lugar para llevar las misiones evangelizadoras y la colonización hacia los pueblos zoques que resistían a la conquista y a la conversión, puesto que continuaban realizando prácticas de hechicerías, según denunciaban los propios curas y alcaldes mayores que visitaban la zona.
En 1784, el alcalde mayor de Tuxtla, Don Miguel del Pino y Martínez, al visitar la zona encuentra que los habitantes de Magdalena cultiva el cacao en su variante de pataste, lo cual, pudren y el almidón que queda lo comercializan en Oaxaca para hacer espuma a las bebidas.
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Es posible que esta foto haya sido tomada en 1981. No existe la certeza. Lo único cierto es que muestra la vida cotidiana, antes de la erupción.
Por su parte, Flavio A. Paniagua, en 1876 describió a Magdalena Coalpitán, como un “pueblo de temperamento cálido y húmedo, más benigno á los hombres que a las mujeres, con una distancia de 43 leguas al noroeste de la Capital Tuxtla Gutiérrez. Sus habitantes se ocupan en tejer mantas y grandes sementeras de tabaco”.[3]
Si las plagas y las enfermedades propias de la selva del trópico hacían de Magdalena Coalpitán un lugar inhabitable, el descubrimiento del Volcán Chichonal en 1932 por el geólogo Federico K. G. Mullerried, lo hizo aún más. Habían pasado 50 años de aquel hallazgo y la confirmación de que aquel cerro humeante de aguas sulfurosas, se trataba en efecto de un volcán, cuando sobrevino una nueva calamidad en Magdalenas, hoy Francisco Léon.
La noche del 28 de marzo de 1982, mientras algunos de los pobladores dormían, el cerro despertó lanzando “bolas de fuego” y más de 106 toneladas de material volcánico a una distancia de 130 kilómetros
[4] en tres erupciones que se prolongarían hasta el 4 de abril, afectando a un 30% del territorio de Chiapas, Tabasco y otros estados vecinos. Algunos de los pobladores de Francisco León huyeron en medio de la erupción hacia Tecpatán, otros se refugiaron en la iglesia principal, mientras que una parte, confiados de que pronto las bolas de fuego calmarían perecieron en las chozas donde semaneaban, para preparar la siembra de maíz, frijol o el corte de café.
Cuentan los que sobrevivieron a la tragedia, que el gobierno envió en helicóptero a dos vulcanólogos para que inspeccionaran la zona después de la primera erupción del 28 de marzo. El capitán del helicóptero realizó las maniobras para descender en el pueblo de Francisco León, y de él, salió el primer vulcanólogo para realizar el trabajo de campo.
Ese día, apenas se podía observar algunas casas y la iglesia en medio de una oscuridad grisácea. El ambiente se encontraba cubierto de un espeso polvo de ceniza, pues según los especialistas, se avecinaban nuevas erupciones. Y así fue. Tan pronto la nave descendió, la tierra comenzó a temblar anunciando una segunda erupción. El piloto, envuelto en pánico, ascendió la nave, dejando en tierra al primer vulcanólogo, del que nunca se supo más.
Con la tercera y cuarta erupción, Francisco León quedó devastado. Su iglesia principal, su patio, sus casas y su escuela recién inaugurada desaparecieron por completo. El rio Magdalena pronto se convirtió en un gran embalse que amenazaba a las presas hidroeléctricas del Grijalva.
El pueblo llegó a su fin en 1982, tras muchas calamidades, como las anunciadas en 1710.
Nota: Las fotos que se presentan, como parte de este texto, fueron rescatadas de un archivo personal de un ex funcionario del Gobierno de 1982 y constituyen un valioso testimonio gráfico del pueblo Magdalena Coalpitán, poco conocido en su momento y que hoy, solo es conocido como parte del vestigio de la cultura zoque, oculta bajo las cenizas del Volcán Chichonal.
Bibliografía
[1] Colección de Documentos Inéditos Relativos a la Iglesia de Chiapas. Hecha por el Ilmo y Rmo Señor Dr. D. Francisco Orozco y Jiménez, obispo de la misma. San Cristóbal de las Casas, Noviembre de 1908. En la imprenta de la “Sociedad Católica”.
[2] Diario de Viaje del alcalde mayor de Tuxtla. Archivo General de Chiapas. Boletín No. 2, año 1, abril-junio de 1953. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Pág´s. 83-84.
[3] Paniagua, Flavio A. “Catecismo elemental de historia y estadística de Chiapas”. Patronato Fray Bartolomé de Las Casas. San Cristóbal de las Casas. 1988. Pág. 75.
[4] Hernández Morales, José Francisco. “Impacto antrópico sobre suelos incipientes en el Volcán El Chichón. Revista Lacandonia, UNICACH. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 2009. Pág. 32.
Etiquetas: historia regional, Volcán Chichonal
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